lunes, 27 de julio de 2009

Cien años de recuerdos polifónicos

El gran compositor y pianista Ludwig van Beethoven decía que la música es una revelación más excelsa que toda la sabiduría y la filosofía. El inmortal "Manco de Lepanto", Miguel de Cervantes Saavedra, también quedó subyugado por esos sonidos armoniosos y en su inmortal obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha nos dice que la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu y el “poeta maldito” Paul Verlaine dejó plasmado para la posteridad en su Arte Poética que la música ante todo, y después de ello todo lo demás.
Una de las compañías discográficas que mejor han seguido el camino recorrido por ese don que los dioses otorgaron a los mortales es EMI Music, que siendo la única compañía con más de un siglo en otorgar a los oyentes esos sonidos armoniosos, tiene en su haber un catálogo extraordinario de grabaciones clásicas.
¿Quién iba a imaginar que cuando William Barry Owen arribó en 1897 a Londres para presentar su proyecto para formar Gramophone Company iniciaría todo un emporio de los discos que a la larga marcaría para siempre esta industria? Desde luego que ni el propio Owen, ni su socio e inversionista Trevor Williams.
Dentro de las históricas grabaciones que posee EMI Classics está la primera obra editada en acetato (11 de octubre de 1898), el Ave María, de Schubert, interpretada por la contralto Edith Clegg. De igual manera se encuentran las reproducciones de las primeras estrellas del bel canto como Enrico Caruso, Fedor Chaliapin y Nellie Melba; violinistas de la talla de Jacques Thibaud, Joseph Szigeti y Pablo Sarasate, por mencionar algunos; pianistas que la historia los tiene en el limbo, como Camille Saint-Saëns, Wilhelm Backhaus o Alfred Cortot, batutas de la altura de Richard Strauss y Gustav Holst, en fin toda una pléyade de miembros honorarios del panteón de las notas y los acordes.
¿Dónde esta recapitulada toda esa historia discográfica? En la caja de diez discos compactos de edición limitada denominada 100 Years of Great Music: 1897-1997.
Cada CD muestra lo mejor de cada década, además en un disco adicional se hace un recorrido por la historia de la hoy EMI Music, con la narración del barítono Thomas Ham
pson. También viene incluido un catálogo con fotografías de varios de los principales protagonistas de de esta delicia musical, e información de las canciones contenidas en cada uno de los compactos.
Los melómanos disfrutaran innegablemente una grabación que se presumía extraviada, la magnífica interpretación del tenor italiano Enrico Caruso para “Pagliacci”, grabada el 30 de noviembre de 1902, con Salvatore Cottone. De igual forma esta la estupenda interpretación del “Preludio de la Suite No. 1 para violonchelo”, de Johan Sebastian Bach por parte del inmortal Pablo Casals, del 2 de junio de 1938. O esta otra, el cuarto movimiento de “La Sinfonía fantástica, op 14”, de Héctor Berlioz interpretada magistralmente por la Orquesta Nacional de Francia, bajo la conducción de Leonard Bernstein, grabada en noviembre de 1976.
La lista de famosos es vasta, lo mismo encontramos a Otto Klemperer, Victoria de los Ángeles, Carlo María Giulini, Franco Corelli, Luciano Pavarotti y Monserrat Caballé, que André Previn, Itzhak Perlman, Plácido Domingo, Neville Marriner, José Carreras, Jessie Norman y Dame Kiri Te Kanawa.
Es interesante hacer notar que conforme avanzan las interpretaciones la nitidez ira mejorando, y el chirrido que tanto extrañan los nostálgicos va disminuyendo.
Estos 294 tracks en México son prácticamente inconseguibles, sin embargo si el interesado teclea http://www.amazon.co.uk/100-Years-of-Great-Music/dp/B0000261FG encontrará algunas cajas disponibles.

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