sábado, 8 de agosto de 2009

La transición a la sociedad red

Con el arribo de la Internet y el cambio de milenio, el mundo moderno entró en un nuevo proceso de organización social vinculado a una revolución tecnológica, donde deriva la globalización de la economía y el desarrollo de redes de comunicación interactiva, hasta constituir gradualmente una sociedad red como nueva estructura social, la cual va condicionando a la humanidad y sus aspectos fundamentales de su existencia por lo que ocurra en las redes tecnológicas globales y locales.
Entendemos que la llamada sociedad red sólo ha podido desarrollarse a partir de un nuevo sistema tecnológico: el de las tecnologías de información y de comunicación de base microelectrónica y de comunicación digitalizada. De ahí que la Internet sea a la par el instrumento clave y el símbolo de este nuevo sistema tecnológico. A partir de ello se ha generado la formación de una nueva economía, un nuevo sistema de medios de comunicación, una nueva forma de gestión, lo mismo en las empresas como en los servicios públicos, y, desde luego, una nueva cultura a la par de nuevos problemas sociales y nuevas formas de reivindicación y movilizaciones ciudadanas.
Es obvio comprender que México no ha sido la excepción en estos movimientos telúricos de la modernidad tecnológica, y como revela la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares, efectuado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 219,000 nuevos usuarios se conectan en promedio cada mes a la Internet, siendo notorio que la cantidad de cibernautas en México se triplicó al pasar de 7 millones de personas a finales de 2001 a 20.8 millones hasta marzo de 2007.
Según el estudio, efectuado en los primeros meses de 2007, la mayoría de los usuarios de Internet en México son jóvenes, pues el 70.2% se agrupa en el rango de 12 a 34 años de edad, con una participación casi idéntica entre hombres y mujeres, notándose que casi el 64% se conecta una vez por semana y el resto lo hace con una frecuencia diaria.
El INEGI descubrió que el 43.1 % de los que se conectan es debido a situaciones relacionadas a la escuela y actividades estudiantiles y que únicamente el 8.2% de los usuarios hace compras o pagos en línea, comparado con un 5.7% que ya lo hacía en 2002.
Sin embargo, más allá de los números para nuestro país es interesante saber que como se demuestra en el estudio La transición a la sociedad red (Ariel) la riqueza y el poder en este cibertejido dependen, antes que nada, de la calidad de la educación, de la plena integración del conjunto de la población al sistema educativo y de una relación fluida entre las organizaciones e instituciones de la sociedad con el sistema universitario y de investigación científica.
Manuel Castells, como director de la investigación, nos dice que la sociedad red se desarrolla en cada país según su historia, la cultura, la identidad y el modo de vida de ese país, pero la Internet para todos será la misma, puesto que Internet es el medio de comunicación a través del cual se constituyen las redes de relación de nuevo tipo para las personas y las actividades. “No es que sea Internet la fuente de la sociedad red, pero sí es el instrumento mediante el cual la gente, las empresas, las organizaciones y las instituciones forman sus redes de interacción”.
Por ello, se subraya en este estudio que la sociedad red y sus procesos adoptan formas propias, con consecuencias profundamente distintas para las personas, según niveles de desarrollo, estructuras familiares y trayectorias culturales. “La difusión de la sociedad red en diversas latitudes presenta ritmos y modalidades específicos en función del contexto en el que se produce la transición estructural”. Asimismo, una de las grandes hipótesis que se suele formular sobre la sociedad red es que en ella se manifiestan con especial fuerza los proyectos de autonomía de las personas, en todos los ámbitos de la práctica social. “Al ser una sociedad en la que Internet permite a los individuos construir sus propias redes de información, de comunicación y de propuesta, la sociedad red se plantea como una sociedad en libertad, en la que los proyectos autónomos de la gente están en la fuente de la dinámica social”.
Por otro lado, aún cuando los primeros portales públicos en la Internet se remontan a mediados de los noventa, es notorio que los últimos años los gobiernos y las administraciones públicas, en la mayoría de los países, vienen utilizando a la sociedad red como vehículo de impacto organizacional de las burocracias públicas y sus proyectos desarrollados.
Para dar cuenta de dicho fenómeno está el libro Estado, burocracia y red (Ariel), de Eduard Aibar y Ferran Urgell, que muestra las entrañas de la Administración Electrónica, subrayando el impacto organizacional como transformador de las relaciones entre las administraciones y su entorno.
No importando que ambos volúmenes se basen en estudios sobre la Generalitat de Catalunya, como ya informé los dos abarcan el contexto internacional que desentraña la sociedad red y sirven a la perfección para entenderla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario